Las emociones son como el lenguaje secreto de nuestro mundo interno, ofreciendo pistas valiosas sobre nuestras experiencias y necesidades más profundas. Aunque a veces puedan resultar incómodas incluso dolorosas nos dan información muy útil acerca de nosotros, de quienes somos, invitándonos así a conocernos mejor y a hacer las paces con aquellas sombras que rechazamos de nosotros mismos. Creo que cada vez es más necesario aprender y comprender cómo funcionan y que actitud debemos tomar, sobre todo cuando transitamos en medio de emociones más complejas como puedan ser el miedo, la ira o la tristeza. Aprender a gestionarlas y escucharlas nos va a aportar mayor estado de conciencia, mayor conexión con la serenidad y una comprensión íntima hacia nuestra alma.
Todas las emociones son valiosas e importantes. No debemos de evitar sentir ninguna por muy desagradable que nos pueda parecer en un momento dado. Detrás de esa incomodidad que se este sintiendo en el cuerpo se oculta un mensaje hacia nosotros mismos y ese mensaje es el amor. Cada emoción nos esta mostrando que necesitamos hacer en cada momento por amor propio.
La Tristeza nos motiva a escucharnos , a reflexionar acerca de lo ocurrido para poder tomar la decisión más sabia. Cuando la sintamos nos podemos ayudar de una herramienta muy poderosa para poder soltar lo que tenemos dentro y esa herramienta es la música. La música emite hondas frecuenciales que sintonizándola a tu frecuencia te puede ayudar a descargar el dolor que llevas dentro. La tristeza afecta principalmente a los pulmones y es por eso que cuando sentimos tristeza nuestro pecho se encoje. Debemos llorar para soltarla , después es cuando tenemos que ver más allá y preguntarnos que es lo que realmente la ha originado para poder tomar la mejor acción o decisión para uno mismo.
El Enojo o la Ira es nuestro motor para establecer límites claros, gracias a él conectamos con nuestra capacidad para decir NO.
Sabéis ese dicho de... me pones del hígado? pues bien precisamente tiene su razón de ser. La ira afecta directamente al hígado y hay que aprender a canalizarla correctamente para no lastimarse a uno mismo o a los demás pudiendo llegar después al arrepentimiento. No obstante, hay que soltarla y una buena forma de hacerlo es el deporte, y mover enérgicamente el cuerpo cuando llega a su pico más alto. también ayudarnos de nuestra voz y gritar hasta quedarnos vacíos. Para ello busca un lugar seguro donde sepas que no vas a ser interrumpido.
El Miedo es la emoción más rechazada y temida por las personas pero si no sintiéramos su energía no podríamos protegernos de situaciones peligrosas ni aprender a enfrentar nuestros desafíos. El miedo nos motiva a actuar con precaución y nos impulsa a salir de nuestra zona de confort. Al aceptar y comprender el miedo, podemos transformarlo en una herramienta poderosa que nos permite crecer, aprender y desarrollar nuestra resiliencia. En lugar de huir de él, podemos aprender a observarlo, entender sus causas y convertirlo en un impulso para avanzar en la vida con mas valentía y determinación. Si ha llegado el punto en el que te ves inverso en él la herramienta más poderosa entre todas en este caso es la respiración profunda. Oxigena tus células inhalando profundamente por la nariz , llenando primero tu abdomen de aire y rétenlo ahí unos momentos. Después exhala por la boca suavemente vaciando por completo todo el aire, con la intención de que la exhalación dure por lo menos 2 segundos más que la inhalación, de esta forma vas a lograr calmar el ritmo de tu corazón y obtener un punto de vista más neutral y sereno.
Por si os lo preguntabais... el miedo afecta en mayor medida a los riñones y es por eso que cuando lo experimentamos tenemos mayor necesidad de orinar
El Asco es una reacción que pretende protegernos física y emocionalmente. Gracias al asco podemos interactuar con nuestro entorno sin resultar dañados .
La Alegría nos motiva a disfrutar y valorar la belleza de la vida. Gracias a ella podemos ver la esencia divina de la vida y nos impulsa a la creatividad y al amor.
La sorpresa ya sea negativa o positiva, nos ayuda a estar mas despiertos y abiertos a lo que sucede a nuestro alrededor. Cuando nos sorprenden, nuestras mentes se enfocan y estamos listos para enfrentar lo inesperado. Esto puede despertar nuestra curiosidad y hacernos querer descubrir más, dándonos la oportunidad de crecer a partir de nuevas experiencias. En esencia, la sorpresa nos guía a vivir el momento y aprender de cada vivencia.
Todas son necesarias para el desarrollo y la supervivencia del ser humano. Lo principal aquí es aprender a gestionarlas para que no se repriman ni se enquisten en el cuerpo enfermándolo.
Existen muchas herramientas para poder gestionarlas, pero primero debemos de conocer íntimamente a cada una para poder saber que hacer en cada momento.
Algunas de las herramientas que me ayudan a conocerme mejor a mi misma son la meditación, leer, escribir, la astrología, el eneagrama, a tener conversaciones honestas y profundas con personas de confianza, las flores de bach... etc. Te diría que la más poderosa entre todas es la meditación, que no es otra cosa que estar plenamente presente en el aquí y el ahora. Respirar y estar 100% enfocados en algo. Puede ser tu cuerpo, puede ser la naturaleza, puede ser la respiración, puede ser caminar, conversar... Gracias a la meditación adquieres un mayor nivel de comprensión hacia el todo, una expansión de conciencia, un saber actuar desde la serenidad y no desde la impulsividad.
Personalmente me gusta observar a los animales como hacen lo que sienten y lo que necesitan en cada momento desde la aceptación y desde un estado total de presencia. Incluso cuando un animal esta enfermo o herido, muestra una versión auténtica de sí mismo, en esos momentos, podemos ver su instinto natural para buscar refugio, recibir cuidados o adaptarse a su situación. No intentan ocultar su dolor o ignorar sus necesidades; simplemente lo aceptan y responden de manera instintiva.
Esta forma de actuar nos recuerda la importancia de ser honestos con nosotros mismos. De esta manera, aprendemos a valorar la autenticidad y la honestidad emocional, lo que nos puede inspirar a hacer lo mismo en nuestras propias vidas. Así, podemos aprender a estar más presentes, a escuchar nuestra intuición y a aceptar lo que sentimos sin juicios, permitiéndonos vivir en armonía con nosotros mismos y con el entorno que nos rodea.
Lo ideal para poder llegar a ser un adulto responsable y coherente con lo que siente es promover una educación emocional desde que somos pequeños. Hay padres que tienden a invalidar las emociones de sus hijos y cuando éstos lloran ellos les piden que dejen de hacerlos añadiendo la famosa frase " por mucho que llores no te voy a hacer caso, o no vas a conseguir lo que quieres". O... " llorar es de niñas". Así solo causaremos mas frustración y confusión en nuestros pequeños.
Que tal si en lugar de eso empatizamos con lo que puedan estar sintiendo escuchándolos? que tal si en vez de decirles no estés triste les preguntamos hijo donde sientes la tristeza? en que parte del cuerpo la notas más? Que los escuchemos y que mostremos amabilidad y simpatía por ellos en esos momentos no quiere decir que vayas a darle esa chuche que el quería o que no tenga importancia el daño que haya podido hacerle a su hermana. Actuando así estas enviándole un mensaje de aceptación y de reflexión. Y una vez que él haya abrazado a su emoción podéis tener una comunicación más asertiva y reflexiva.
Os ánimo a leer este artículo al menos 2 veces para poder captar mejor la información, y que me contéis queridos lectores vuestra opinión a cerca de esto o a compartir las herramientas que a vosotros os ayudan y os acercan a ser vuestra mejor versión.
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